De Bradley Cooper no se puede ignorar que tiene unos ojos tan espectaculares como Paul Newman, que su estilo marca tendencia como lo hizo en su día Cary Grant y que su apostura es similar a la del inimitable David Niven.
Profesionalmente se dió a conocer a partir de una fugaz aparición en la serie Sexo en Nueva York y desde entonces su teléfono no ha parado de sonar lo que le ha permitido dar el salto de las sitcom al cine.
Tras varias películas de poca relevancia llegó Resacón en las Vegas, una comedia brutal y desenfrenada que recaudó más de 350 millones de euros en taquilla y que propició que se realizará una secuela, que no tuvo mucho éxito, pero que le catapultó a la fama.
Tras otros títulos llegó El ladrón de palabras, en la que interpretaba a un escritor acusado de plagio, y en la que demostró que el drama tampoco tenía secretos para él.
Finalmente con la oscarizada El lado bueno de las cosas en la que interpreta a un joven con personalidad bipolar y el corazón roto que encuentra de nuevo el amor, Bradley se ha consagrado como un actor todoterreno.
A nivel personal se le puede considerar un hombre discreto y muy celoso de su vida privada con cualidades de gentelman, de los que ya no se encuentran, ya que es de los que caminan flanqueando a la mujer a la que acompaña por el lado de fuera, de los que no permiten que se digan palabrotas o que se eleve el tono al hablar y de los que prefieren cargar con el peso de la compra antes de que lo haga su acompañante.
Además de hacer películas, el teatro y el deporte son otras de sus pasiones junto con la cocina de la que es un auténtico experto sobretodo en el dominio de la italiana de la que le encanta compartir recetas con su familia.
Mucha gente se ha preguntado últimamente qué significa el anillo que el actor lleva desde hace unos meses en el dedo anular de su mano derecha, ¿era la constatación de una boda secreta?. La respuesta para tranquilidad de muchas es no. La historia es otra bien distinta, el anillo en cuestión es el de casado que llevaba su padre Charles recientemente fallecido y que según parece ha prometido llevar siempre con él.
Es además amante de los animales y de los libros que devora literamente. Algunos de sus títulos favoritos son Las aventuras de Huckelberry Finn, Lolita y Revolutionary Road entre otros.
Esta pasión le viene desde que estudió Literatura Inglesa en Georgetown antes de ser actor lo que le permitió aprender a hablar francés con fluidez.
Entre otras de sus muchas virtudes destaca la de saber tocar varios instrumentos y entre sus aspiraciones le gustaría dirigir películas en un futuro.
En cuanto a su estilo personal, además de ser un fanático de los trajes de Tom Ford, nunca olvida un buen reloj, calzado cómodo y su música preferida cuando viaja.
Es evidente que cuida mucho su imagen manteniendo un estilo elegante incluso cuando viste de sport y a quien le pueda interesar.... le encantan los complementos.
Quien considere que Bradley Cooper no es perfecto quizás deba realizar una visita al oftalmólogo urgentemente.
¡¡¡ Yo se la pago !!!.
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