Empezar el año con un buen pie y a salvo de la gripe es más fácil de lo que pensamos si incorporamos en nuestra dieta diaria naranjas ya que cuentan con grandes beneficios y su consumo nos ayudará a evitar resfriados o al menos a que éstos sean más cortos.
Consumir una naranja mediana o un vaso de zumo al día cubren prácticamente el 100 % de las necesidades de Vitamina C para un adulto.
Con este sencillo hábito podemos reforzar nuestro organismo contra la gripe.
Además la naranja contiene flavonoides y betacarotenos que tienen una función antioxidantes y son muy beneficiosos para la salud cardiovascular.
Si todo esto os parece poco hay otra razón de peso para tomarlas: su delicioso sabor.
Como norma general las naranjas de mayor tamaño se reservan para mesa y las más pequeñas para zumo.
En cualquier caso en los que debemos fijarnos es en su peso respecto a su tamaño ya que es un indicador de que se trata de un cítrico jugoso y con mucho zumo.
Gracias a sus diferentes variedades las podemos consumir durante casi todo el año.
Son muy fáciles de pelar y gracias a sus gajos también resulta muy cómodo comerlas en cualquier parte, además las puedes comprar en mallas, bandejas o al peso.
Si te animas puedes reinventar la manera de tomarlas con una tarta hecha con una base de masa quebrada y una fina crema de mandarina. Como cobertura podemos utilizar una capa de gajos que alteraremos con finas láminas de naranja deshidratada.
Sea cual sea el formato en el que que te guste disfrutar de esta fruta, no olvides tener siempre en tu mesa naranjas porque como has podido comprobar entre otras cosas cuidan tu salud en invierno y eso nunca está de más.
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