Con la llegada del otoño y el cambio de estación podemos seguir disfrutanto de una variada alimentación. Para aquellos que las verduras forman parte de su alimentación habitual, la empresa La Catedral de Navarra les ofrece una variada oferta de estos productos.
Se trata de una apuesta de la Familia Sainz que lleva más de 70 años en el sector de las conservas vegetales debido a su respeto por los productos naturales y su compromiso con la calidad.
Su mayor esfuerzo lo destinan a mantener intacto el sabor y la textura de las verduras recién cosechadas conservándolos nada más llegar del campo.
Para ello seleccionan las mejores tierras de cultivo y eligen los mejores frutos para los enamorados de la gastronomía, además realizan estrictos controles de calidad tanto propios como desde las denominaciones de origen de sus productos más emblemáticos sin dejar de cuidar sus diseños para que estén a la altura de la materia prima que ofrecen.
Desde el origen de la marca han entendido que es fundamental guardar al máximo los alimentos en su temporada para disponer de ellos todo el año, por eso las conservas se convirtieron en algo necesario y cotidiano como en la zona de la ribera navarra, concretamente, en Mendavia que es donde nació esta empresa.
Los antepasados de los actuales propietarios se dieron cuenta de que la huerta regalaba productos exquisitos que merecía la pena guardar y por ello comenzaron a poner los cimientos de un negocio de cerrado de botes.
Al principio cerraban con estaño tanto sus propias conservas vegetales como las que preparaban en sus casas otros vecinos del pueblo.
Fue a mediados de los años 40 cuando comenzaron a vender alcachofas, tomate, pimientos, espárragos blancos y puerros y desde entonces todos los esfuerzos de la familia se han dirigido a ofrecer los productos de la mejor calidad incluyendo además de verduras, legumbres, cremas y salsas, aceites y un línea de productos ecológicos.
Según cuentan no hay mayor secreto que trabajar desde el primer momento en el campo una excelente materia prima que cultivan cerca de sus instalaciones con agricultores a los que conocen y llevan un estricto control de cada uno de los pasos con los que van creciendo sus verduras.
Sus productos son siempre de temporada porque el ciclo natural de las plantas es el que da mejores resultados en cuanto a sabor, aroma y textura.
Todos los vegetales que llevan una etiqueta de LC han sido recolectados a mano y en su punto óptimo de maduración.
El envasado se realiza manualmente siguendo controles sanitarios y de cata muy rigurosos.
Todo el trabajo se organiza para que en unas pocas horas se pase de la recolección al envasado.
Además el proceso está diseñado para evitar en la medida de lo posible la perdida de aromas en fresco.
De este modo, por ejemplo, los espárragos se escaldan con piel para que ésta actúe como barrera protectora de todas sus propiedades y los pimientos se manipulan sin tocar el agua para que preserven toda la intensidad del piquillo recién salido del fuego.
Podemos cambiar de estación con toda tranquilidad porque los amantes de los alimentos de temporada podrán disfrutas de verduras como recién cosechadas con la garantía de que su sabor siempre será el que estamos soñando disfrutar.
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