Los grupos, como las personas, muchas veces dan vueltas buscando su propia identidad. A veces no es fácil y surgen algunas dificultades por el camino. En el caso del grupo que nos ocupa esa dificultad ha surgido indirectamente a la hora de encontrar un nombre definitivo.
Y es aquí donde a algunos os pueden entrar dudas cuando hablamos de Grave Dust un grupo que ha tenido que cambiar su nombre pero que en esencia siguen siendo casi los mismos que formaban Quasar o mejores.
Digo casi los mismos porque siguen siendo Ainhoa a la voz, Oihan y Asier a la guitarra, Rubén al bajo y aquí es donde se nota el cambio Jon a la batería.
Y aunque siguen trabajando y esperamos que lo hagan por mucho tiempo, hasta que volvamos a ver en un concierto a la formación, es de ley mantener en este espacio dedicado a ellos la reseña del concierto que ofrecieron hace unos meses bajo el nombre de Quasar.
Para los no iniciados comenzaré diciendo que un quasar es una fuente astronómica de energía electromagnética que incluye radiofrecuencias y luz visible. Su energía de emisión empequeñece casi todos los fenómenos asofísticosque conocemos en el universo a excepción de supernovas y brotes de rayos gamma.
Pueden liberar sin esfuerzo energía comparable a la de la combinación de cientos de galaxias medianas y la luz cegadora que produce podría equivaler a la de un billón de soles.
Dicho ésto, no voy a disertar sobre ciencia sino sobre música en estado puro, sobre lo que ocurrió hace exactamente una semana en un sitio emblemático donde los haya, el Bar Krawill de mi ciudad.
Algo tan simple y tan complicado como que estalló por unos minutos todo el universo.
Y os preguntaréis ¿quién consiguió canalizar toda esa energía y potencia en un espacio y tiempo concretos?.
La respuesta llega de la mano de Quasar y sobre todo del motor que mueve este grupo: Ainhoa, Asier, Ohian, Iragui y Rubén.
Se trata de un grupo novel que está comenzando a despegar en este mundo pero esta no es razón para que dieran un concierto verdaderamente auténtico porque si atendemos a su definición fue realmente lo que parece o dice que es.
Pero antes de contar las sensaciones que me produjo poder tener el privilegio de acudir a uno de sus primeros conciertos puedo afirmar que a pesar de su juventud es un grupo que vive y siente la música con pasión y me consta ya que alguno de sus miembros hace doblete en otras bandas y dedican tiempo, mucho tiempo a ensayar en su local habitual situado en Larragueta (Navarra).
Dicho esto retomo mi crónica de lo que para mi fue un verdadero concierto porque lo tuvo todo: Músicos nerviosos, amigos incondicionales, público entregado y gente, como por ejemplo yo, a la espera de ver lo que podía pasar.
Dicho esto retomo mi crónica de lo que para mi fue un verdadero concierto porque lo tuvo todo: Músicos nerviosos, amigos incondicionales, público entregado y gente, como por ejemplo yo, a la espera de ver lo que podía pasar.
He de confesar que hasta el último momento no tuve muy claro a quien iba a ver ya que un cambio de nombre del grupo que desconocía me despistó bastante y me hizo dudar de si me había confundido de día y hora, pero no, estaba en el sitio y la hora correctos.
Y comienzo el relato. Nada más llegar saludo al bajista, al que no conocía en persona, serio, educado, una persona que impone, al menos a mí.
Por experiencia se que los momentos previos y posteriores a un concierto son complicados y es mejor mantener un perfil bajo, no molestar y disfrutar al máximo de lo que pueda ocurrir dentro del local.
Si tengo que decir que fue lo peor sin duda la palma se la lleva el local. Dejando a parte la emoción de tocar en un lugar con tanto significado, por su estructura no es el mejor para lucirse. Su forma de embudo impidió que muchos pudiéramos ver la ejecución de la banda.
Lo anecdótico, la dificultad para poder realizar unas fotos en condiciones a no ser que se estuviera en las primeras filas, personalmente me resultó imposible hacerlo a pesar de peligrar mi integridad puesta en pie sobre un taburete.
No importa, gracias a un cielo de hombre, el camarero, por lo menos pudieron salir a la luz sus fotos y las que ilustran este post, estaré eternamente agradecida.
Y llegamos a lo mejor, sin duda el grupo, Quasar.
Hicieron lo que mejor saben hacer, tocar y disfrutar con ello. Sorprendieron con un sonido compacto, contundente y una voz ¡¡¡Qué voz!!!.
Es algo que impacta, no se puede olvidar, brutal, potente, ambigua, estomacal. Ainhoa es algo, alguien que marca la diferencia de este grupo con otros, todos mis respetos hacia ella.
Asier y Ohian impresionantes, como sus guitarras, rotundidad y energía a partes iguales, siempre tan necesarios en una banda.
Y que decir de Iragui, un batería con una fuerza arrolladora como los grandes, flaquillo pero intenso, verlo salir sin camiseta al final del concierto supongo que a respirar, me hizo recordar porque los baterías son siempre tan particulares.
Y no me olvido del bajista, Rubén, no por último no escuchado u olvidado. Presente pero en momentos ausente. Intenso, preciso, ese instrumento tan mágico que marca tanto la diferencia dentro de una banda. Supongo que disfrutó, por lo menor en algunos momentos se vio el mástil erguido. Incondicional.
No me alargo más porque por mas que yo lo cuente, lo que hay que hacer es verlos y disfrutarlos si bien para terminar me gustaría hacer unas pequeñas reflexiones: Me hubiera gustado que el concierto hubiera durado más, mucho más, se me hizo cortísimo.
Me hubiera gustado que el grupo se hubiera presentado y hubiera tenido cada miembro su minuto de gloria.
Es lo que me hubiera gustado, pero lo que más me gusta es poder agradecerles su buen hacer a través de estas líneas, por su entrega y energía y sobretodo por ofrecer a los que allí estábamos algo tan auténtico.
¡¡¡¡Larga vida a Quasar!!!, ¿acaso alguien lo duda?
Y comienzo el relato. Nada más llegar saludo al bajista, al que no conocía en persona, serio, educado, una persona que impone, al menos a mí.
Por experiencia se que los momentos previos y posteriores a un concierto son complicados y es mejor mantener un perfil bajo, no molestar y disfrutar al máximo de lo que pueda ocurrir dentro del local.
Si tengo que decir que fue lo peor sin duda la palma se la lleva el local. Dejando a parte la emoción de tocar en un lugar con tanto significado, por su estructura no es el mejor para lucirse. Su forma de embudo impidió que muchos pudiéramos ver la ejecución de la banda.
No importa, gracias a un cielo de hombre, el camarero, por lo menos pudieron salir a la luz sus fotos y las que ilustran este post, estaré eternamente agradecida.
Y llegamos a lo mejor, sin duda el grupo, Quasar.
Hicieron lo que mejor saben hacer, tocar y disfrutar con ello. Sorprendieron con un sonido compacto, contundente y una voz ¡¡¡Qué voz!!!.
Es algo que impacta, no se puede olvidar, brutal, potente, ambigua, estomacal. Ainhoa es algo, alguien que marca la diferencia de este grupo con otros, todos mis respetos hacia ella.
Asier y Ohian impresionantes, como sus guitarras, rotundidad y energía a partes iguales, siempre tan necesarios en una banda.
Y que decir de Iragui, un batería con una fuerza arrolladora como los grandes, flaquillo pero intenso, verlo salir sin camiseta al final del concierto supongo que a respirar, me hizo recordar porque los baterías son siempre tan particulares.
Y no me olvido del bajista, Rubén, no por último no escuchado u olvidado. Presente pero en momentos ausente. Intenso, preciso, ese instrumento tan mágico que marca tanto la diferencia dentro de una banda. Supongo que disfrutó, por lo menor en algunos momentos se vio el mástil erguido. Incondicional.
No me alargo más porque por mas que yo lo cuente, lo que hay que hacer es verlos y disfrutarlos si bien para terminar me gustaría hacer unas pequeñas reflexiones: Me hubiera gustado que el concierto hubiera durado más, mucho más, se me hizo cortísimo.
Me hubiera gustado que el grupo se hubiera presentado y hubiera tenido cada miembro su minuto de gloria.
Es lo que me hubiera gustado, pero lo que más me gusta es poder agradecerles su buen hacer a través de estas líneas, por su entrega y energía y sobretodo por ofrecer a los que allí estábamos algo tan auténtico.
¡¡¡¡Larga vida a Quasar!!!, ¿acaso alguien lo duda?
Y para terminar y a falta de un tema propio del grupo, que ojalá llegue muy pronto, y a la espera de su anagrama que está en producción y que prometo colgar en cuanto me lo pasen, para que os hagáis una idea de lo que es su sonido, os dejo con una canción del grupo Death, influyente banda estadounidense de death metal de los 80, de la que sin duda son sus alumnos más aventajados. Os dejo que disfrutéis con Pull de Plug en riguroso directo, una de esas interpretaciones que tanto nos gustan por aquí sacada de un concierto que dieron en Los Angeles.
Para los que tengan buen oído y mejor memoria, la entradilla os recordará a la banda sonora de la serie Los Angeles de Charlie. Aquí no se nos escapa nada como tampoco lo hace Quasar, un grupo que os hará vibrar, prometido.
Dicho ésto como seguro que Grave Dust nos llenará con su polvo alquímico en algún concierto, hasta ese momento os dejo su enlace de Facebook para que los conozcáis directamente y podáis disfrutar de los vídeos que van colgando como Frozen Fhantom! y Dead doesn't judge you, merecen mucho la pena, os lo aseguro.
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