Siempre tenemos alguna cosa que hacer en casa como poner la lavadora, ayudar a los niños en las tareas que les mandan en el colegio o hacer multitud de gestiones.
Estas cosas que aparentemente las tendríamos que tener totalmente dominadas, en multitud de ocasiones convierten nuestro hogar en un auténtico caos en el que hay que poner orden.
Ultimamente una de las tendencias que se emplean para enderezar esta situación es aplicar las técnicas que utilizamos en nuesto trabajo adaptándolas a nuestro hogar.
Así esta filosofía apuesta por convertir a los padres en ejecutivos de su pequeña empresa familiar, pero no debemos confundir educar con organizar.
Educar a los hijos tiene entre otras una parte emocional mientras que organizar el hogar tiene mucho de logística.
La organización del día a día es importante empezando por repartir las responsabilidades, controlar el pago de las facturas a tiempo, planificar los viajes familiares o incluso actualizar el calendario de las citas con el médico.
No estaría de más plantear una serie de soluciones de oficina para evitar que el caos se apodere de nuestro hogar o lo que es lo mismo considerar nuestro hogar como una especie de pequeña sociedad limitada.
Para ello algunas de las soluciones a aplicar serían entre otras:
Dividir el trabajo en función de lo que se le dé mejor a cada uno, así la persona más organizada puede encargarse de las facturas o de mantener bajo control el presupuesto mensual, mientras que el más mañoso puede dedicarse a preparar la cena y planificar la compra.
Colgar un calendario en la cocina o en un lugar visible con las citas más importantes marcadas lo que evitará que éstas se nos pasen. No deverán faltar citas con el pediatra, los acontecimientos deportivos de los niños o las fechas señaladas. Eso sí, es importante que siempre se mantenga actualizado.
Es importante establecer un presupuesto mensual y revisarlo cada semana por si surgen gastos imprevistos como la temida reparación del coche o una visita de urgencia al dentista. Nos evitaremos con toda seguridad sorpresas desagradables.
Deberemos aprender a delegar, los padres no tienen porqué hacerlo siempre todo ya que algunas tareas como poner la mesa o sacar los platos del lavavajillas entre otras actividades pueden hacerlas también los niños.
No estaría de más aprovechar las reuniones familiares para hacer planes a largo plazo como organizar las próximas vacaciones de verano o planificar esa reforma de cocina o baño que tenemos pendiente desde hace años.
Por supuesto todas estas indicaciones las tenemos todos más que claras, lo que ocurre es que muchas veces no llegamos a explicarnos cómo no podemos tener nuestro hogar en orden como una oficina cuando en nuestro trabajo no hay nada que se nos escape. Sin duda todo un misterio inexplicable, ¿no pensáis lo mismo?.
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